Aunque mantenga el misterio sobre su candidatura, Cristina Kirchner ya está enfocada en su proyecto electoral para 2019 y comenzó a extender su armado en el interior del país sumando candidatos a gobernador en provincias controladas por el peronismo. El último que se sumó es el riojano Luis Beder Herrera, que repite el modelo de José Alperovich: después de irse del kirchnerismo ahora regresa a las filas de la ex presidenta y busca competir contra su sucesor.

Tras dejar la gobernación, Beder Herrera rompió con su sucesor y ex vice Sergio Casas, que mediante una controvertida consulta popular busca quedar habilitado para ir por un nuevo mandato, algo que la Constitución provincial le prohíbe porque ya cumplió un período como vice y otro como gobernador. Si gana la consulta -algo probable- y la oposición no logra que la Justicia lo impida, Casas será el candidato del PJ.

En ese contexto, Beder se prepara para presentarse por fuera del aparato peronista y, al igual que Alperovich, entendió que lo mejor es abrazarse a la ex presidenta. «Voy a acompañar a Cristina», anunció semanas atrás el diputado, que ahora inundó sus redes con mensajes para la senadora. «Querida Compañera, esperamos pronto tu visita, futura presidente de todos los Argentinos», se entusiasmó.

Se trata de un jugada de conveniencia mutua. Dirigentes como Beder y Alperovich se atan a la popularidad que la ex presidenta mantiene en las provincias frente a gobernadores del PJ que no tienen una figura nacional fuerte para anclarse y tienen que apostar a alejar las elecciones locales lo máximo posible de la general. En tanto, Cristina logra hacer pie en uno de sus puntos débiles, el interior del país, donde en las elecciones del 2017 tuvo muy poco armado y aún así logró sumar a algunos legisladores de Unidad Ciudadana.

Como en Tucumán, la pelea de Beder y Casas es música para los oídos de Cambiemos, aunque el radicalismo insista en que la Corte impida un nuevo mandato del gobernador. Un peronismo dividido en las elecciones aumentaría las chances del candidato macrista, sea el senador radical Julio Martínez o el peronista aliado Alberto Paredes Urquiza.

El propio Beder lo admitió y comparó el «desgaste» del PJ en la pelea por la enmienda constitucional con el fracaso de Gerardo Zamora por conseguir un tercer mandato en 2013, algo que la Corte Suprema frenó. «En Santiago luego del fallo perdieron 15 puntos, acá que no sobran es darle al radicalismo en bandeja el triunfo», tuiteó.

Extraído de La Política Online