Vivimos en un mundo en movimiento. Todo cambia a un ritmo vertiginoso y esta dinámica ya ha impactado en el mundo electoral. En estas últimas décadas hemos sido testigos privilegiados de estos trascendentes cambios.

En las distintas ediciones de DEMOTECH hemos comprobado cómo ven el futuro de las elecciones las empresas que desarrollan soluciones tecnológicas para los procesos electorales.

En los distintos paneles del evento se ha escuchado hablar del término blockchain. Aunque se trata de una tecnología que se desarrolló hace más de una década, fue a partir de la relevancia del Bitcoin que tomó notoriedad el blockchain (cadena de bloques).

El blockchain es un sistema de gestión de datos totalmente revolucionario, principalmente porque deja atrás la perspectiva de un almacenamiento centralizado y vulnerable de la información, para hacerlo, como su nombre indica, a través de una cadena de bloques, donde cada bloque es un eslabón que contiene información y que está conectado con el eslabón anterior y con el siguiente por medio de un código único (hash). Este código se forma por la información que contiene el bloque, por lo que en caso de que fuere cambiada dicha información, cambiaría a su vez el hash y por ende este eslabón se desconectaría de los otros, manteniendo de manera fidedigna el resto de datos o información (si quieres saber más sobre el blockchain mira este video).

Cuando hablamos de datos o información, nos referimos a que esta puede ser de cualquier índole, desde registros históricos, bancarios, contables, hasta datos de identificación, y en el campo que nos compete, los relativos al ámbito electoral.

Si la tecnología blockchain se consagró a través del bitcoin y otras criptomonedas, ahora se abre paso en muchas otras temáticas, y la electoral no queda excluida, mucho menos al tratarse de una que tiene especial cuidado con el resguardo de datos personales y el secreto del voto.

Mientras que algunos sistemas de votación electrónicos han sido criticados por poner en peligro el secreto del voto o los datos del elector; la tecnología blockchain ha demostrado tener una arquitectura tal que imposibilitaría ambas fallas.

Recordemos que Smartmatic fue la primera empresa desarrolladora de tecnología que brindó el servicio de tecnología de blockchain en una elección. Se trató de las elecciones primarias del Partido Republicano en Utah, Estados Unidos, en 2016.

En aquella oportunidad un 90% de los electores emitió su voto en la modalidad online. Esto permitió que incluso aquellos que no estuvieran en los Estados Unidos pudieran votar.

Después de esa histórica elección, la experiencia se ha seguido repitiendo y una de las últimas elecciones en las que esta empresa pudo ofrecer esta tecnología fue en un referéndum regional celebrado en la localidad de Finnmark, en Noruega, donde la votación en línea alcanzó un 85%.

Mike Summers, director del Centro Smartmatic-Cybernetica para la Votación por Internet (SCCEIV), afirmó después de la elección: «la abrumadora preferencia de los votantes de todas las edades por el voto en línea es una clara demostración de que confían en la tecnología y valoran la conveniencia».

Otro caso se dio recientemente en Tsukuba, conocida como “la ciudad tecnológica de Japón”. En esa localidad, de alrededor de 260.000 habitantes, se implementó el voto electrónico a través de la tecnología blockchain.

En este caso, el votante contaba con una tarjeta intransferible de identificación. El sistema escaneó la identificación de cada votante y su elección quedaba en un libro contable descentralizado.

Aunque las experiencias hoy no son numerosas, en los próximos años se van a multiplicar. Hay muchas empresas avocadas al desarrollo de protocolos criptográficos de privacidad y seguridad en la conocida “Tecnología de Registros Distribuidos” o DLT (Distributed Ledger Technology).

De hecho, el Centro de Excelencia Smartmatic-Cybernética para la Votación por Internet (SCCEIV) que está trabajando en esta dirección recibió un reconocimiento por parte de la Comisión Europea.

Por lo tanto, posiblemente nos aproximamos a una era en la que se podrá votar desde cualquier rincón del planeta, sin que esto signifique poner en peligro el secreto del voto o de la identidad del votante.

El punto que hemos planteado en la plataforma DEMOTECH se relaciona con lo siguiente: ¿qué tipo de soluciones tecnológicas requieren las elecciones con integridad? ¿cómo alcanzar un sano equilibrio entre los cambios tecnológicos que son irreversibles con la necesidad de preservar instancias electorales que fomenten los controles cruzados?

Son estos algunos de los interrogantes por los cuales tendremos que transitar en los próximos años, en el medio de la tensión del cambio tecnológico.