Bolivia sigue empantanada en una crisis política dos semanas después de las polémicas elecciones que, oficialmente, representaron la victoria del presidente izquierdista Evo Morales para un cuarto mandato, aunque el gobierno ha aceptado una auditoría de la OEA. La mañana de este martes (hora local) se vivió una esperpéntica situación en el aeropuerto de La Paz, cuando el líder opositor cruceño Luis Fernando Camacho trató por sí solo de destituir a Morales y fue obligado por una turba a regresar a Santa Cruz de la Sierra.

Camacho, presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz había dado el sábado un insólito ultimátum a Morales para que dimitiera, haciendo un llamamiento a las Fuerzas Armadas a posicionarse en contra del gobierno. El ultimátum venció este lunes y Camacho voló a La Paz decidido a hacerlo cumplir pero fue retenido en el aeropuerto de El Alto, de donde no pudo salir porque un grupo de manifestantes a favor Morales se lo impidieron. Tras pasar la noche en la terminal, la tensión fue creciendo este martes y, cuando una turba desbordó a la policía que protegía al opositor, fue llevado a una avioneta militar y conminado a regresar a Santa Cruz, la ciudad más rica del país y tradicionalmente opositora al gobierno de La Paz.

Extraído de La Vanguardia