Los candidatos a la Presidencia de Brasil coincidieron este sábado en la necesidad de combatir la corrupción y el desempleo, cambiar el sistema político y acabar con los privilegios.

El primer tema abordado por los candidatos fue la necesidad de acabar con la corrupción. Al inicio del debate ninguno de los presentes hizo mención directa a Lula, hasta que Álvaro Días rompió el silencio. El candidato de Podemos señaló que era «una vergüenza» la candidatura del exmandatario a la Presidencia de Brasil por estar condenado por corrupción, señaló que «Lula no es un preso político» sino «un político preso» y por eso su candidatura «no puede existir».

El ultraderechista Jair Bolsonaro fue más enfático sobre la inhabilitación electoral del expresidente y aseguró que en el debate no se le podía dejar lugar a un «bandido».

Horas previas al debate, el Partido de Trabajadores había manifestado el peso de la decisión política de ir a elecciones con Lula a la cabeza en las condiciones que adveraba. “Mantener la candidatura de Lula es muy importante, pero tiene un costo, ya que Lula es un candidato testimonial que no se puede expresar. No habla, no participa de los debates, donde tampoco participan los candidatos a vicepresidente, por lo que Fernando Haddad también queda marginado”, expresaron en un comunicado.

En la medida en la que se desarrolla el debate, otros tópicos fueron tomando protagonismo. En lo que respecta al desempleo, luego de atribuir los 13 millones de desempleados en Brasil a los Gobiernos de Lula y Rousseff, los candidatos a la presidencia aprovecharon la discusión para presentar cada uno sus propuestas para acabar con esta problemática.

El candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Geraldo Alckmin, propuso reducir el tamaño del Estado y darle prioridad a las inversiones para generar empleo.

El exgobernador de Sao Paulo también señaló que todo el desempleo que se está viviendo en Brasil se debe a que el PT y sus aliados «quebraron al país», y por eso dijo que «gobernar es escoger». Y «vamos a priorizar la salud, la educación básica y la seguridad», apuntó.

Por su parte, la líder ecologista Marina Silva defendió proyectos ambientales como el turismo ecológico y la energía solar para enfrentar el problema.

El laborista Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), dijo que en caso de vencer las elecciones luchará por medidas que permitan la supervivencia de las empresas, principalmente las industriales, a las que consideran como las grandes generadoras de empleo.

Alvaro Dias, expresó que es necesaria una reforma tributaria que le permita a las empresas generar empleo y el exministro de Hacienda y candidato por el partido de Gobierno, el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), Henrique Meirelles, dijo que el desempleo se combate haciendo que el país crezca.

Uno de los momentos más álgidos del debate lo protagonizaron la candidata de Red Sustentabilidad y Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL) por el tema del aborto. Silva es evangélica y aunque no está de acuerdo con el aborto o con el matrimonio homosexual defiende un plebiscito para definir su situación. «Tenemos aquí una evangélica que defiende el plebiscito del aborto y de la marihuana», dijo Bolsonaro, a lo que Silva respondió: «Usted cree que puede resolver todo con el grito, y con la violencia», en referencia directa a las ideas del candidato.

Bolsonaro enfatizó sus intervenciones en el tema de la educación, reiterando su oposición al sistema actual y enfatizando que en su Gobierno pretende «militarizar las escuelas» de enseñanza fundamental, para que, «vía disciplina y jerarquía», los alumnos «puedan aprender algo para el futuro» y no «eso que enseñan ahora como la ideología de género».

Cerca de 160.000 personas siguieron el debate presidencial transmitido por YouTube, la mitad de lo registrado una semana atrás en el primer debate de esta elección presidencial.

A menos de dos meses de las elecciones presidenciales, Lula, de 72 años, lidera las encuestas con un tercio del apoyo electoral, seguido por Bolsonaro en segundo luegar, y luego por Silva en tercer lugar.