El Congreso colombiano debate dos mecanismos para que ciertos sectores políticos puedan desprenderse de sus partidos y competir en las elecciones locales del próximo año con nuevas reglas.

La plenaria del Senado tiene previsto comenzar la discusión y votación, en el segundo de ocho debates de la reforma política, en la cual fueron incluidas las dos figuras polémicas: la escisión de partidos y el transfuguismo.

Recientemente, algunos sectores del Partido de la U y del Partido Liberal entraron en rebeldía con sus colectividades, y cualquiera de las dos fórmulas –la escisión o el transfuguismo– seguramente los favorecerían.

En cuanto a la primera, la escisión de partidos, está contemplada en la Ley 1475 de 2011, pero para varios expertos en temas electorales no ha sido desarrollada.

La norma dejó en manos de los estatutos de las colectividades las reglas para hacer efectiva esta división, pero la mayoría de ellas no desarrollaron la figura.

Hace algunas semanas, un sector de ‘la U’ en el cual militan senadores como Roy Barreras y Armando Benedetti, se rebeló contra su colectividad por la decisión mayoritaria, tomada por los congresistas, de declararse partido de gobierno.

En ese momento Barreras había afirmado que era “necesaria la escisión” del partido, y Benedetti, que con el apoyo del Gobierno “arranca la extinción” de este.

De igual forma, el exministro Juan Fernando Cristo anunció hace algunas semanas que él y un grupo de sus copartidarios del liberalismo formarían toldo aparte porque, según Cristo, no comparten la forma como se conduce su partido.

Aunque en esas filas nadie ha hablado hasta el momento de escisión, la figura podría encajar en lo que busca el grupo de disidentes.

Según la propuesta, la división de partidos se permitiría con la “firma” del “25 por ciento” de la bancada “de Senado o Cámara”, y la “autoridad electoral” reconocería personería jurídica al nuevo movimiento.

“Al establecerse unas nuevas reglas para la inscripción de candidatos a corporaciones públicas de elección popular (listas cerradas) se hace necesario establecer unas reglas precisas para el reajuste de los partidos”, argumentan los ponentes del proyecto.

Transfuguismo

La otra posibilidad es el transfuguismo, el cual significa que los integrantes de un partido puedan pasarse a otro sin que sean procesados por doble militancia.

Esta fórmula, que se pone de moda cuando los congresistas están tramitando reformas que tienen que ver con las elecciones, se permitiría por los dos meses siguientes a la promulgación de la reforma política.

Sin embargo, según observadores, el espacio para estas figuras parece estrecho. Si la reforma política es aprobada, saldría del Congreso en junio de 2019, y las inscripciones de candidatos a las elecciones locales se cierran el 27 de julio de ese año.

Esto significa que habría un poco más de un mes para que se hagan los reajustes, que irían a la médula de las reglas electorales en el país.

 

Con información de El Tiempo