Estonia se superó a sí misma durante las recientes elecciones parlamentarias, cuando un 44 % del electorado votó en línea desde 145 países. El aumento de la participación en línea, 40% con respecto a las elecciones de 2015, consolida a esta pequeña nación báltica de apenas 1.4 millones de habitantes como pionera en automatización electoral.

Este éxito que cosecha hoy Estonia no es fortuito. Por lo contrario, es el resultado de un entorno legislativo favorable hacia las TIC y de una fuerte apuesta que hizo el país hace décadas por adaptar su democracia a la era digital. Desde el 2003 el gobierno inició una estrategia para digitalizar los trámites burocráticos, y hoy en día hasta el 99% de los servicios públicos se pueden gestionar a través de un clic en cualquier momento del día.

Contrario a la creencia de que las personas mayores tienen dificultades para manejar las soluciones tecnológicas, en Estonia la opción de i-voting ha crecido particularmente entre la población mayor de 65 años. En 2005, 208 electores mayores de 75 años utilizaron el servicio. En 2017, la cifra de participación de este grupo etario aumentó a 8.404, es decir, 40 veces más que en 2005. Hoy día, ciudadanos de todas las edades utilizan el voto electrónico.

Parte del éxito del voto en línea en Estonia viene dado porque, además de ser incluyente y eficiente, también es el menos costoso de los métodos de votación que aplica el país. Un estudio liderado por Robert Krimmer reveló que el voto por internet es la opción más económica y eficiente entre todas las disponibles. El voto en línea cuesta € 2,32 por votante, mientras que un voto en un centro de votación puede llegar a costar € 20,41.

¿Cómo funciona el voto por internet en Estonia?

Votar en Estonia puede ser tan fácil como realizar una transferencia bancaria u ordenar una pizza. El elector sólo necesita su identificación, una clave proporcionada por el servidor, y una computadora con acceso a internet.

Se debe descargar la aplicación (valimised.ee), identificarse (en Estonia cuentan con una identificación física y una “móvil” en el teléfono celular); y a partir de ese momento se pueden elegir los candidatos, se confirma la opción seleccionada, y de esa manera finaliza el proceso. (conoce más aquí)

Posteriormente, si el elector lo desea, puede chequear que el voto emitido sea efectivamente la opción que él escogió, a manera de comprobante.

Seguridad

La plataforma que se utiliza desde 2017 fue diseñada por el Centro de Excelencia para la Votación en Línea Smartmatic y Cybernetica. Además de estrictos controles de seguridad, brinda a los usuarios la posibilidad verificar que su voto se contó correctamente; y que no fue eliminado o manipulado.

Una vez emitido, el voto en línea es cifrado y enviado a un servidor central. A los votos solo se puede acceder a través de una llave de seguridad que posee la Comisión Nacional Electoral, y que ha sido dividida entre los miembros de este organismo. Es decir, que se necesita del Pleno de la Comisión para acceder a estos votos. El secreto del voto es garantizado utilizando un esquema de doble sobre que simula al utilizado en el voto postal.

La contabilización se hace solo después de que se ha separado la información personal de los electores, de sus respectivos votos, asegurando de esta manera el secreto del voto.

El Centro de Excelencia para la Votación en Línea también ha provisto su tecnología para elecciones en Estados Unidos (2016), y en un referéndum regional en Finnmark, Noruega (2018).

Otras precauciones

Garantizar la integridad de un voto emitido fuera de un centro de votación ha sido siempre un gran reto para las autoridades. Los recintos electorales permiten tener un mayor control de quién vota y en qué condiciones. Sin embargo, en el voto por internet no presencial, estas garantías no existen, dejando abierta la ventana para la compra del voto o la coerción del elector.

Los diseñadores del voto en línea de Estonia previeron esta situación, y para garantizar la integridad del voto permiten que el elector vote tantas veces como quiera, contabilizando sólo la última emisión. Incluso, el elector puede emitir su voto por internet y también a través de la boleta papel, contabilizando en este caso la última.

De esta manera, el elector que haya sido amenazado, intimidado o manipulado, puede cambiar su voto vía internet o en un centro de votación convencional.

Este 26 de mayo Estonia volverá a votar, en este caso en las elecciones para el Parlamento Europeo, y las autoridades electorales esperan que se pueda superar el 44% de participación a través del i-voting, e incluso pueda alcanzar a la mitad del electorado. El pequeño gigante seguirá creciendo.