Con más de 50 elecciones pospuestas en todo el mundo hasta el momento y 19 adelantadas en tiempos poco claros, los firmantes de la Carta expresan su preocupación de que la legitimidad de la democracia en sí misma esté siendo cuestionada.

En todo el mundo, se hacen preguntas sobre los amplios poderes ejecutivos que algunos gobiernos han utilizado para imponer medidas de emergencia y cómo limitar su impacto a largo plazo. Más fundamentalmente, la pandemia está probando la fuerza y ​​la resistencia de nuestros sistemas políticos.

Los países que celebrarán elecciones en los próximos meses se enfrentan a un tremendo desafío. Deben tomar medidas draconianas para prevenir la propagación del virus, pero también permitir que los ciudadanos participen significativamente en el proceso electoral. Las manifestaciones de campaña, el registro de votantes, el debate cara a cara y las reuniones del día de las elecciones son complicadas por la situación.

La carta establece los pasos clave que las democracias globales deben tomar para garantizar la protección de los derechos democráticos y la integridad de las elecciones. Recomienda lograr el equilibrio adecuado entre las preocupaciones legítimas de salud pública y los derechos y libertades democráticos siguiendo siete principios: seguir el estado de derecho; construcción de consenso sobre cambios constitucionales; proporcionalidad comunicación clara con el público; limitados en el tiempo; y basado en la información técnica más actualizada.

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