Nuevas formas de comunicarnos

Cuando nos referimos a la comunicación política estamos hablando del intercambio entre discursos contrarios para controlar el proceso de establecimiento de la agenda pública. El intercambio se produce entre el sistema político, los medios de comunicación y los individuos. Desde la aparición de la web 2.0 y la posterior irrupción de las redes sociales, el espacio donde transcurre este intercambio ya no es un lugar físico y tangible, sino un lugar virtual, online: el hiperespacio. Por lo tanto, ya no estamos frente a la comunicación política tradicional sino que nos encontramos ante un fenómeno reciente con características propias.

Pensar en regular la comunicación política online con herramientas de siglos pasados (como son los cuerpos normativos, sus tiempos y modos de implementación) constituye un desafío y por ello es necesario innovar. El sistema normativo es estático, centralizado y unidireccional. La actividad online es dinámica, descentralizada (e, incluso, distribuida) y multidireccional.

Para comprender la comunicación política online es fundamental conocer las características del espacio virtual donde transcurre y la cualidad hipermedia que la caracteriza, además de entender las diversas racionalidades que la atraviesan: la racionalidad política, la racionalidad deliberativa y la racionalidad mediática.

A lo anterior, debemos agregar la actividad regulatoria del Estado con sus racionalidades jurídica y burocrática. Al tender cada racionalidad hacia un horizonte distinto, se configuran zonas de conflicto, que bien podrían explicar las debilidades al tratar de regular la comunicación política online.

En la nueva forma de relacionarnos a través de plataformas digitales y redes sociales, cada uno de nosotros es emisor y receptor de información.  Funcionamos en red, queramos o no. Cuando escribo un posteo en Facebook o en Twitter y lo publico, ya está en el hiperespacio. Puede ser “retuiteado”, “likeado”, “faveado”, compartido, comentado, denunciado. Mi comentario puede ser transformado en meme, respondido o retuiteado con un agregado de quien lo leyó.

En este mundo de redes, las hay de diversos tipos y esto tiene que ver con la acumulación y circulación de la información: hay redes centralizadas, descentralizadas y distribuidas. El mundo de Internet es un mundo de redes distribuidas: en éstas, ningún actor depende de otro para transmitir su mensaje. Lo que define a una red distribuida es que cada individuo decide sobre sí mismo, pero no sobre los demás actores. Alguien propone y adhiere quien tiene ganas. Es la premisa de la pluriarquía, por lo tanto no hay quien ejerza la dirección.

Las redes hipermediadas de acción colectiva han desempeñado un papel fundamental en la rebelión que se produjo en algunos países y han puesto en evidencia cómo varios agentes que actúan autónomamente pueden organizarse en red provocando conflictos multicanales estructurados por distintas vías de insurgencia.

Por otra parte, el carácter global y multilocalizado de las redes sociales y otros espacios virtuales facilitan el intercambio en tiempo real entre personas y colectivos situados en distintos lugares geográficos. Primera dificultad para la aplicación de legislación local a actores que se sitúan en múltiples territorios.

Por otro lado, no siempre hablamos de actores en tanto personas de carne y hueso: podemos estar haciendo referencia a bots conversacionales, a inteligencias artificiales que interactúan con humanos y que resultan muy difíciles de detectar.

Las plataformas y navegadores desde donde se interactúa también presentan características que dificultan la identificación de quien las utiliza: se puede estar navegando desde redes de comunicaciones distribuidas de baja latencia y superpuestas sobre internet, es decir, desde la darknet. En estos casos, se asegura el anonimato y se oculta la dirección IP (aunque Edward Snowden afirma que la Agencia de Seguridad de EEUU logró romper el anonimato de una de estas redes, TOR).

Con este breve repaso deseo destacar que la nueva comunicación política se da en un entorno virtual, global y multilocalizado, donde interactúan redes hipermediadas de acción colectiva junto con ciudadanos comunes, partidos políticos, medios de comunicación y bots conversacionales, tanto desde la web conocida por todos como desde la darknet o deepweb.

Respecto de las fake news, parecen haber sido descubiertas ahora y se las asocia inmediatamente a la cultura de Internet. La palabra ‘fake’ (falso) originalmente fue utilizada como parte de la jerga que hablaban los criminales que pretendían ocultar sus actividades ante terceros. Empezaron a utilizar la palabra como verbo y aludía a la falsificación de algo, por ejemplo, documentos. Es posible que la palabra provenga del verbo italiano facciare (hacer) y puede haber llegado al inglés como parte de una jerga llamada Polari. La asociación de fake con news (noticias) se inició en el ambiente de la comedia, y alrededor del año 2005 el término comenzó a aplicarse a las noticias falsas que circulaban con intenciones maliciosas en lugar de satíricas.

En algunos países se han organizado propuestas como  ElectionLand (Estados Unidos) o CrossCheck (Francia) que son proyectos de verificación de noticias que surge de la asociación entre First Draft y el Google News Lab. Ambas propuestas han ganado el Online Journalism Award 2017: Electionland ganó en la categoría 2017 Noticias planificadas / eventos (Grandes redacciones), mientras que CrossCheck ganó el premio 2017 Noticias planificadas / eventos (Pequeñas redacciones). #Verificado, en México y Chequeado, en Argentina, van por el mismo camino.

 

El sistema político

Los partidos políticos descubrieron en las plataformas de Internet un nuevo ámbito para hacer campaña en los períodos electorales y para difundir la actividad política de manera habitual. Las antiguas pintadas pasaron a tener sus equivalentes en los muros de las redes sociales y las provocaciones pasaron desde la calle a la pantalla de los distintos dispositivos.

Los funcionarios y candidatos tuvieron que aprender a relacionarse por esta vía, pero además aprendieron que sus cuentas pueden ser hackeadas y también que pueden crearse usuarios donde se falsifica la identidad.

La compra de seguidores, la contratación de trolls y la proliferación de fake news pasaron a ser afirmaciones que las personas dan por ciertas, tengan o no sustento.

 

Los individuos

Las personas comunes, que no son políticos, periodistas o académicos, que no son formadores de opinión y desean hacerse oír y manifestar sus ideas, encontraron en Internet y sus plataformas una vía para dar a conocer su forma de pensar, para incidir y ejercer presión, para comentar, denunciar, adherir y, lamentablemente, también para difamar, hostigar y amenazar. La gratuidad de las redes sociales, la facilidad de acceso y su simple funcionamiento hacen que toda persona con una computadora, tableta o smartphone pueda utilizar Twitter, Facebook o Instagram. A partir de allí, su participación en el debate nacional (e internacional) se torna real. Discute, argumenta y acuerda, negocia, pelea y celebra.

Ya no se limita a poner su firma en una petición: ahora la difunde y comparte.

Ya no asiste solamente a una marcha: la fotografía, comenta, registra en video, la sube a las redes sociales. Se toma selfies en manifestaciones, le envía mensajes a políticos, funcionarios, periodistas y programas de televisión y radio; opina en los periódicos y se convierte en un canal de comunicación con sus propios seguidores.

 

La Acordada de la Cámara Nacional Electoral

El 16 de agosto pasado, la Cámara Nacional Electoral emitió la Acordada Extraordinaria número 66, referida a las redes sociales y la propaganda electoral en Internet, respecto de la cual destaco seis puntos principales que trata dicho documento:

  • La publicación en los sitios web del Tribunal de los resultados del monitoreo de redes sociales y propaganda electoral en Internet
  • La creación del “Registro de cuentas de redes sociales y sitios web oficiales de los candidatos, agrupaciones políticas y máximas autoridades partidarias”,
  • La obligación de acompañar el material audiovisual de las campañas en Internet y redes sociales
  • La mención a los operadores que actúen en el ámbito de las redes sociales (consultoras, agencias publicitarias y otros)
  • La provisión de los datos de facturación de los elementos visuales que den cuenta de las actividades desarrolladas
  • La evaluación de la conveniencia de desarrollar una campaña de concientización y formación cívica para el buen manejo ciudadano de la información política electoral en redes sociales y otros entornos digitales

En base a todo lo expuesto en los apartados anteriores, considero que hay que ser creativos y buscar nuevas formas de enfrentar estos desafíos que nos presentan las tecnologías digitales.

El establecimiento de directorios y listados de usuarios (en este caso, vinculados a la esfera política) que interactúan en la red es una solución formal, útil a modo de guía, pero la conversación, tal vez, continúe dándose en otros ámbitos virtuales, con otros actores bajo otras identidades.

No es creando listados que se combatirán los trolls y la proliferación de fake news. Insisto, pueden ser útiles pero seguirán existiendo por otras vías. No imagino cómo la existencia de listados formales evitará que se cuelen atajos en los intersticios del mundo virtual y cómo se evitará la propagación de noticias falsas mediante la utilización de bots conversacionales que pueden aparecer y desaparecer sin dejar rastros.

La apropiación subjetiva de la tecnología y sus herramientas transformó a Internet en un artefacto cultural que debe ser comprendido en todas sus dimensiones para que funcione en favor del fortalecimiento de la democracia.

Por eso, es importante pensar en campañas de concientización y formación cívica “para el buen manejo ciudadano de la información política electoral en redes sociales y otros entornos digitales”, como expresa la acordada.

 

Los medios de comunicación

Los medios nacionales se hicieron eco de la aparición de la Acordada y se refirieron a ella resaltando aquello que les parecía más interesante desde su óptica periodística: los aspectos referidos a los trolls y las fake news, la manipulación electoral o el control de las redes sociales.

Ámbito Financiero asoció a la Acordada con los trolls y las fake news al titular: “Trolls, en la mira: batería de medidas contra fake news y cuentas falsas en campañas electorales”[1]. Informaba el periódico: “Vale mencionar que la acordada llegó luego que el interbloque Argentina Federal presentara en el Senado un proyecto de ley para penalizar la usurpación de identidad en redes sociales. La iniciativa de la bancada que lidera Miguel Ángel Pichetto nació después que el rionegrino sufriera en carne propia la creación de un perfil falso suyo en Twitter.”

En la misma línea, Infobae tituló la nota: “Elecciones 2019: la Cámara Electoral creó un registro de cuentas de redes sociales para combatir los perfiles falsos y las ‘fake news”[2], si bien en el texto de la nota se resalta que la Acordada tiene como objetivo promover el voto informado.

Clarín también focalizó en trolls y fake news: “Cámara Nacional Electoral. De cara a la campaña, la Justicia sale a controlar noticias falsas y “trolls”[3].

Mendoza online hizo un giro respecto de trolls y fake news y se refirió a la manipulación electoral: “La Cámara Nacional Electoral sale a evitar la «manipulación electoral» en redes sociales”[4].

Página 12, desde el titulo, hizo foco en el control: “Mayor control para las redes sociales”[5] y de inmediato vinculó el uso de estas herramientas para atacar a Cambiemos: “Si bien no citan el caso específico de la empresa Cambridge Analitycs y el escándalo desatado por el uso de información privada de Facebook, la referencia es casi ineludible. El caso salpicó al oficialismo ya que se mencionó el uso de estas herramientas en argentina, aunque nunca terminó de conocerse efectivamente si se concretó la utilización de estas maniobras por parte de Cambiemos.“

También Diario Popular hizo hincapié en el control: “Aumentan controles sobre noticias falsas con miras a las elecciones”[6] y comenta: “La Cámara Nacional Electoral busca también controlar el uso de las redes sociales por parte de los candidatos cuando rige la veda electoral, una actividad que hasta el momento se encuentra en un vacío legal.”

 

A modo de conclusión, deseo resaltar la importancia de innovar en nuestra aproximación a la nueva forma de interactuar que nos propone la tecnología: virtual, global y multilocalizada, en la que interactúan redes hipermediadas, ciudadanos comunes, partidos políticos, medios de comunicación y bots. La politica y el derecho se encuentran ante nuevos y apasionantes desafios.

Las campañas de formación para que los ciudadanos se apropien subjetivamente de estas tecnologías constituyen una forma de dotar de herramientas para el mejor desempeñoo en estos nuevos escenarios. Pero también es importante insistir en la formación cívica y en valores, para ser ciudadanos concientes y no solo usuarios hábiles de Internet.-

[1] http://www.ambito.com/930872-trolls-en-la-mira-bateria-de-medidas-contra-ifake-newsi-y-cuentas-falsas-en-campanas-electorales

[2] https://www.infobae.com/politica/2018/08/17/elecciones-2019-la-camara-electoral-creo-un-registro-de-cuentas-de-redes-sociales-para-combatir-los-perfiles-falsos-y-las-fake-news/

[3]https://www.clarin.com/politica/cara-campana-justicia-sale-controlar-noticias-falsas-trolls_0_HkbFbj_87.html

[4] https://www.mdzol.com/politica/La-Camara-Nacional-Electoral-sale-a-evitar-la-manipulacion-electoral-en-redes-sociales-20180817-0089.html

[5] https://www.pagina12.com.ar/135822-mayor-control-para-las-redes-sociales

[6] https://www.diariopopular.com.ar/politica/aumentan-controles-noticias-falsas-miras-las-elecciones-n363043