Colocar al votante como centro del proceso democrático fue el norte que se trazó el condado de Los Ángeles cuando decidió sustituir el sistema de votación que utilizaba desde 1968. Juzgando por los resultados obtenidos en su estreno en esta elección presidencial, se hace evidente que la larga espera bien valió la pena.

Los Ángeles es un lugar particular. Conviven 10 millones de personas, y más de la mitad no habla inglés en su propia casa. Como las grandes ciudades norteamericanas, tiene una vida metropolitana agitada y un tráfico endemoniado. Estas características, entre muchas otras, llevaron al condado en enfocarse en hacer el voto conveniente y accesible, pero a la vez seguro y transparente.

Por primera vez los electores angelinos tuvieron 11 días para participar desde cualquiera de los casi 800 centros de votación desplegados por todo el condado. También pudieron leer las instrucciones y recorrer el proceso de votación hasta en 13 idiomas en las amplias pantallas de las modernísimas máquinas de votación. Utilizando una ‘boleta interactiva’, los angelinos podían llevar sus selecciones pre-marcadas en el teléfono móvil y cargarlos a la máquina con tan solo acercarlo al lector de códigos QR. Quienes no acudieron a un centro de votación, pudieron enviar una boleta por correo.

La propuesta de ‘un voto cuando quieras, como quieras, donde quieras’ que se trazó el condado al diseñar este nuevo sistema es hoy una realidad. Lo digo, porque participé en la misión de Transparencia Electoral que viajó a esta ciudad.

Esta transformación que hoy celebra Los Ángeles fue un ejercicio democrático desde su concepción. El condado realizó consultas ciudadanas, encuestas entre funcionarios electorales, y entrevistas a académicos y expertos. Con la ayuda de IDEO, el condado construyó una visión clara de lo que exigían los principales actores del proceso – IDEO cuenta entre sus logros haber diseñado el primer ‘mouse’ de Apple. Diseño en mano, el condado acudió a Smartmatic -la misma empresa que realizó el escrutinio provisorio en las pasadas elecciones de la Argentina- para que fabricara las máquinas, integrara todos los componentes del sistema, y lo desplegara para la elección.

La Solución de Votación Para Todos, nombre con que bautizaron el sistema, bien puede servir de modelo a las autoridades electorales de nuestra región.

Quienes busquen alternativas para realizar elecciones en pandemia, pueden ver cómo Los Ángeles combinó múltiples canales de participación y expandió la votación en varios días para minimizar el volumen de votantes por centro de votación. Las autoridades que necesiten mejorar sus registros electorales y agilizar los procesos de verificación, pueden ver en VSAP un modelo exitoso. Utilizando cuadernos electrónicos en red, los votantes pueden registrarse el mismo día de la elección y votar como cualquier otro ciudadano debidamente registrado. Los cuadernos electrónicos en red son pieza fundamental del sistema ya que permiten a los electores votar desde cualquier centro de votación.

La solución de Los Ángeles ofrece a las nuevas generaciones de votantes la posibilidad de registrar sus votos desde el celular usando la boleta interactiva. Sin embargo, este es uno de los múltiples canales disponibles para participar. La boleta tradicional continúa vigente. No se excluye a nadie.

Son muchas las enseñanzas que nos deja esta visita de observación. Vimos un sistema que gira en torno al votante, para participar en el proceso ciudadano por excelencia. El condado entendió la tecnología como un medio y no un fin en sí mismo. La puso al servicio del votante, quien ahora tiene en sus manos una amplia gama de facilidades para ejercer su derecho al voto.

En Los Ángeles la autoridad electoral tuvo una visión. Definió un concepto, lo asoció con la tecnología, lo planificó y, finalmente lo implementó. El resultado fue inmejorable. En este virtuoso ejercicio de gobernanza electoral nos demostró como serán las elecciones del futuro.