A continuación reproducimos un comunicado que publicó ayer la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia de Nicaragua:

En abril del 2018 Nicaragua despertó como un nuevo país. Un despertar que clama respeto irrestricto de derechos humanos, libertad de movilización y de organización, libertad de expresión y de prensa, libertad de elección y de ser electo y libertad de culto.

En la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia hemos acogido la resolución de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) del 28 de junio y hacemos propia la exhortación de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) del 10 de julio, que plantea la necesidad de una negociación efectiva y de buena fe, y el cumplimiento de los acuerdos ya alcanzados para superar el deterioro de las instituciones democráticas y de los derechos humanos y encontrar una solución pacífica a la crisis política.

La aspiración del pueblo de Nicaragua para encontrar una pronta salida al deterioro de las condiciones sociales y económicas y un futuro mejor, nos mueve ahora a emplazar al gobierno a participar en dicha negociación, principalmente porque las acciones unilaterales del régimen no han podido, ni podrán resolver el origen del conflicto.

Estamos convencidos de la necesidad de un cambio que abra una etapa de respeto a los Derechos Humanos, a la pluralidad política y social, a la libertad de expresión y al consenso básico para una Nicaragua libre, democrática y con justicia para todos, sin intimidaciones, amenazas, secuestros, ni asesinatos.

Emplazamos al régimen para alcanzar la libertad de los presos políticos, el reconocimiento de las víctimas; el cumplimiento inaplazable y completo de los acuerdos de garantías ciudadanas y de liberación definitiva de excarcelados; el esclarecimiento de la verdad con justicia, reparación y no repetición; y la celebración de elecciones libres, observadas, transparentes y anticipadas.

Este es un momento crucial para la Nicaragua que todos queremos. En esa Nicaragua alcanzamos y debemos estar todos las y los nicaragüenses sin distingo de credo político, religioso, étnico, ni generacional. En este contexto, junto con la Unidad Nacional Azul y Blanco y otros actores estamos construyendo el camino para la libertad, la justicia y la democracia.

Es tiempo de unirnos para construir el país que nos merecemos y con el que soñamos.