Abdo ganó en las elecciones del pasado 22 de abril por un estrecho margen a Efraín Alegre, de la Alianza Ganar, imponiendo así su fórmula presidencial conformada por Hugo Velázquez en la vicepresidencia, quien fue presidente de la Cámara de Diputados y exfiscal en Ciudad del Este. Abdo preside el Partido Colorado, agrupación que rige los destinos de Paraguay desde más hace un siglo.

Abdo se enfrenta a un contexto signado por la crisis en su propio partido. Su antecesor en el cargo, Horacio Cartes, también colorado, puede ser su principal obstáculo. El expresidente no participó de la ceremonia oficial en los jardines de la casa de Gobierno. Garantizar la convivencia colorada en el Parlamento será el principal desafío político del nuevo Presidente paraguayo.

La llegada de Abdo al poder supone la llegada de los jóvenes herederos del stronismo al Palacio de López. Abdo tiene sangre de la más alta estirpe stronista ya que su padre fue un hombre poderoso en ese régimen. Sin embargo, “Marito”, como le dicen sus seguidores, ha reivindicado al gobierno de Stroessner, sabiendo distanciarse de su política del terror. Durante este periodo más de 2.000 personas sufrieron torturas y persecuciones, y se calcula un aproximado de 500 muertes por motivos políticos. Según el informe de la Comisión de Verdad y Justicia publicado en 2008.

En declaraciones a EL PAÍS durante la campaña electoral, pidió que se lo juzgue por el presente y no por el pasado. «Yo tenía 15, 16 años en el final de Stroessner, no hacía política ni militancia en ese tiempo. Yo rescato las políticas que generaron un impacto positivo, y eso no significa reivindicar a la persona», dijo el ahora mandatario.

Durante su discurso en la toma de posesión, destacó que «Es la oportunidad de decidir qué tipo de país se espera construir (…) será un capítulo repetido o el inicio de una real transformación de la república, cargada de esperanza, ilusiones y desafíos. Un camino que permita decidir seguir hacia el futuro o estancarse en el pasado». El presidente de Paraguay aseguró además que la educación será una de las prioridades de su gestión de cinco años.

«Nos enfocaremos en una política educativa llena de valores. Los maestros serán mis mejores compañeros. Son los agentes de cambio. Buscaremos su capacitación constante», prometió.

En materia de política exterior hizo un llamado a una verdadera integración regional, dejando de lado discursos demagógicos y convocó a un diálogo sincero, a la vez que se solidarizó con los pueblos de Venezuela y Nicaragua, ante la situación de crisis que enfrentan esos países. «No debe haber fronteras para ser solidarios con los pueblos que sufren violaciones graves (…) Paraguay no va a mantenerse indiferente al sufrimiento de pueblos hermanos. Es hora de dejar de lado la hipocresía” añadió.

Abdo concluyó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio San Andrés de Asunción (1976-1989) y posteriormente ingresó a la Universidad Teikyo Post University, Connecticut, EE.UU. (1995), donde recibió el título de licenciado en Marketing. Realizó cursos de especialización en la Universidad Adolfo Ibáñez-Harvard Business School, Santiago de Chile. Es titular del directorio de la empresa “Almacenamiento y Distribución de Asfaltos SA Aldia SA”. Actualmente se encuentra casado con la primera dama, Silvana María López Moreira.