La tecnología ha permeado casi todos los aspectos de la vida cotidiana en las sociedades modernas. La razón es simple: cuando un sistema está bien diseñado, características como la velocidad, confiabilidad, seguridad y precisión se incrementan exponencialmente. La industria financiera, el transporte, y hasta la salud cuentan hoy con sistemas basados en el uso de la tecnología para incrementar la calidad, participación y eficiencia de sus servicios, reduciendo así costos y eliminando errores.

Las elecciones no son diferentes. La tecnología puede mejorar todas las fases del proceso electoral, desde el registro de votantes hasta la publicación de resultados. Sin embargo, es importante entender que modernizar elecciones no significa solamente incorporar máquinas de votación para que los electores seleccionen sus preferencias en una pantalla táctil. Hoy día, que los beneficios de la modernización se comprenden en casi todo el mundo, los organismos electorales trabajan en la adopción de tecnología. Sin embargo, no porque sea tecnología ya es algo bueno. Hay que saberlo hacer y esto abarca desde la licitación hasta la implementación y la ejecución del proyecto.

El fortalecimiento de la democracia en República Dominicana pasa por la confianza que tengan los ciudadanos en su Junta Central Electoral y en los procesos que esta institución organice. La tecnología a incorporar no solo debe ser aceptada por la OEA, IFES y demás organismos internacionales. Hay mejores prácticas que se deben seguir a la hora de modernizar las elecciones: comenzando por la licitación para seleccionar al proveedor.

Una licitación que cumpla estándares mínimos internacionales hubiera requerido experiencia en el manejo de procesos electorales. La empresa contratada no la tiene. Además, hubiera requerido pruebas, metodologías alternas ante posibles contingencias, protocolos de auditorías y, sobre todo, el involucramiento de todos los partidos políticos.

Además de la licitación para la compra de equipos comerciales, la JCE decidió desarrollar su propio software para la votación. ¿Cuánto dinero se ha invertido en este software? ¿Representó realmente un ahorro para República Dominicana? ¿Cuánto cuesta la democracia y la estabilidad de un país?

Actualmente no existe una elección -así sea manual- donde no se incorpore algún tipo de tecnología, en al menos una de las fases del proceso. La mayoría de los países utilizan herramientas tecnológicas y aplicaciones para escanear los reportes de escrutinio y consolidar los datos, bien sea en los centros de votación o en centros de acopio habilitados para tal fin. De esta forma consiguen que los resultados puedan ser anunciados en el menor tiempo posible, pero, sobre todo, logran que los ciudadanos crean en los resultados y otorguen legitimidad a los líderes electos.

Resultados más rápidos significa menos margen para prolongadas disputas electorales, mayor confianza y seguridad en el mandato de los funcionarios electos.

Argentina, una experiencia de éxito.

En Argentina, más de 25 millones de personas votaron de forma tradicional en 2019. A solo tres horas del cierre de la votación más del 70% de los resultados se encontraban disponibles en un sitio web que todos podían consultar, pero sobre todo, que servía para las auditorías que realizan los partidos políticos. A la medianoche se tenía el 98% de los resultados de 10.000 centros de votación. Todo esto gracias al uso de tecnología en una fase crítica y fundamental del proceso.

Nunca se tuvo un resultado electoral de relevancia con tanta antelación y certidumbre. Los argentinos pudieron fiscalizar los reportes de escrutinio que completaban las autoridades de mesa desde la página oficial de resultados, garantizando la trazabilidad. Ninguna fuerza política puso en duda el resultado informado de manera oportuna la noche de la elección.

Las elecciones de Argentina son un ejemplo de la correcta incorporación de tecnología en elecciones manuales. Un estudio realizado por la consultora MFG, luego de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) arrojó que, 97.9% de los agentes de Correo Argentino –que interactuaron directamente con la aplicación– calificó la operatividad del software de transmisión como un procedimiento “sencillo” y “muy sencillo”.

La modalidad de transmisión directa en Argentina (desde los centros de votación), permitió agilizar la carga de datos, y que los resultados de provincias remotas como Jujuy, Salta, Santa Cruz y Tierra de Fuego se transmitieran al mismo tiempo que los resultados de las zonas del conurbano, evitando el sesgo territorial, que tantos problemas generó en el último proceso electoral de 2017 con la reversión de la tendencia en la provincia de Buenas Aires.

Mayor transparencia. La solución en Argentina ayudó a eliminar los denominados “puntos ciegos”, evitando el traslado físico de las actas de escrutinio (telegramas) desde las escuelas hasta las oficinas de Correo Argentino.

El éxito de la tecnología utilizada en la Argentina no se logró el día de las elecciones. Es un trabajo que parte desde las licitaciones conducidas, pasando por las pruebas exigidas por los órganos encargados de la elección, hasta la experiencia y trayectoria de la empresa proveedora.