Los observadores electorales velan porque el proceso siga su curso conforme está establecido en la normativa legal.

Para este proceso el Tribunal Supremo Electoral (TSE) proyecta que se contará con más de 22 mil observadores electorales nacionales e internacionales. Mientras en las elecciones de 2019 se tuvo solo 2 mil 610 en total y en 2015 se contó con casi 9 mil 800 para la primera vuelta y 8 mil 238 para la segunda vuelta.

Asimismo, con los países con los que se ha compartido misiones de observación en sus respectivos procesos, sin tomar en cuenta la cantidad de observadores nacionales. Señaló que la cifra no es la exacta y que un dato más acertado se podrá conocer en las próximas semanas.

A manera de explicación, la Misión de Observación Electoral de Guatemala (MOE Gt) detalló que quienes se desempeñen en tal rol deben de observar “el desarrollo del proceso electoral conforme a la legislación y los principios de objetividad, neutralidad, imparcialidad y respeto a la legislación.”

Posible aumento

Debido a que en los procesos anteriores se ha contado con menor número de observadores a lo esperado para el actual, el director de Guate Activa, Allan Ortiz, comentó que este podría partir de distintas situaciones que suceden dentro del proceso que generan sospecha, es decir, las motivaciones no parten desde el entusiasmo.

Aunque destacó que la manera para velar por la democracia y el curso de las situaciones es que los ciudadanos participen activamente en actividades como la observancia.

En esa misma línea, la MOE-Gt expresó que es beneficioso contar con observadores. “De materializarse la proyección del TSE, pareciera indicar que existe un alto volumen de interés en las elecciones. En otros países, esto ha representado un mayor grado de apropiamiento de la ciudadanía del proceso electoral como institución clave de la democracia”, indicó la misión.

Importancia

La tarea de la observación permite evaluar de manera independiente, sistemática y holística del proceso; realizar análisis imparciales, exactos y oportunos; y emitir recomendaciones para mejorar marcos normativos, según la MOE-Gt.

Ortiz destacó que más allá de las responsabilidades establecidas en la normativa existen responsabilidades y acciones a nivel ético personal, como velar por la transparencia del proceso que también legitima el proceso y el voto, concebido como un instrumento democrático.

También mencionó velar por la justa asignación de votos como uno de los objetivos más profundos porque de esta manera se garantiza la representatividad y la voz de los ciudadanos que acuden a las urnas.

De la misma manera, el abogado Edgar Ortiz Romero detalló que “es un ejercicio de verificación de un proceso electoral en todas sus facetas, la aplicación de la ley, cómo se está gestionando el proceso, incidentes que se reportan en los momentos antes y durante la votación, el conteo y con el propósito de ser un mecanismo de trasparencia con el país”.

En cuanto a los retos a los que enfrentan en este proceso, la MOE-Gt identificó cuatro, la violencia y conflictividad electoral que podría poner en riesgo la labor del observador; contar con la información certera para poder cumplir con su tarea; temor o mala receptividad a la labor y la conectividad.

Misiones internacionales

A decir de Ortiz Romero las misiones legitiman el proceso ya que es la comunidad internacional la que reconoce o no la elección, lo cual siempre es importante para un país.

Noticia extraída de Prensa Libre