La segunda vuelta de Brasil

Por Pedro Zamudio

Para su más reciente elección presidencial, Brasil contó con una lista de electores conformada por más de 147 millones de personas. En la primera vuelta acudieron a las urnas poco más de 117 millones (79.67%). Ninguno de los candidatos obtuvo la mayoría absoluta, lo que obligó a una segunda vuelta en la que participaron quienes obtuvieron el mayor número de sufragios.

El domingo 28 de octubre se realizó la segunda vuelta en la que participaron Jair Messias Bolsonaro, Partido Social Liberal (PSL) y Fernando Haddad, Partido de los Trabajadores (PT). Se presentaron a votar 115’933,451 ciudadanos (78.70%). Los votos válidos sumaron 104’838,753, los votos en blanco 2’486,593 y los votos nulos 8’608,105.

Como es común en las segundas vueltas disminuyó la participación de la ciudadanía con respecto a la primera, dejaron de emitir su voto 1’431,203 personas. Asimismo, en la segunda votación se incrementó el número de votos nulos en relación con la primera vuelta, dichos sufragios sumaron 1’401,883.

Para efectos comparativos, en la primera vuelta Jair Bolsonaro consiguió el primer lugar al obtener 49’277,010 votos y en el balotaje logró 57’797,847 sufragios. Fernando Haddad en la primera vuelta obtuvo 31,’342,051 votos y en la segunda 47’040,906 sufragios. Por tanto, en la primera vuelta Bolsonaro aventajó a Haddad por 17’934,959 votos y en la segunda por 10’756,941 sufragios, es decir siempre mantuvo una importante ventaja sobre su contrincante político.

De acuerdo con información publicada en la prensa internacional, basada en los resultados obtenidos en 5,500 municipios, durante la primera vuelta se detectaron interesantes patrones en la votación: Bolsonaro arrasó en 1) Ciudades, 2) Con población mayoritariamente blanca, y 3) De mayores recursos económicos. No obstante dicha superioridad no se replicó en la nueva conformación del Congreso, en el que el PSL contará solamente con 4 senadores (el Senado se conforma de 81 miembros) y 52 diputados (la Cámara de Diputados se integra por 513 diputados).

Es sustancial destacar que durante las elecciones presidenciales se presentaron agresivas campañas de desinformación y de incitación al odio a través de WhatsApp. Se estima que en Brasil 120 millones de personas utilizan dicha red social, la cual se convirtió en un espacio plagado de calumnias y de noticias falsas. A un grado tal que WhatsApp tomó la decisión de bloquear centenares de miles de perfiles antes del 28 de octubre, pues las noticias falsas estaban en el centro del debate político, dicha medida formó parte de una estrategia tecnológica para detectar comportamientos sospechosos por parte de los usuarios, representantes del Tribunal Superior Electoral de Brasil e integrantes del Consejo Consultivo de Internet y Elecciones establecieron comunicación y coordinación con representantes de WhatsApp para dicho propósito.

Es importante reflexionar acerca de las razones por las que la ciudadanía brasileña pudo realizar una elección democrática y elegir un presidente identificado con la ultraderecha, acusado de misógino, xenófobo, “nostálgico de la dictadura”, además de usar un discurso “políticamente incorrecto” y defender la pena de muerte, la respuesta podría encontrase en el desencanto por las demás opciones políticas, desilusión basada en múltiples acusaciones de corrupción, problemas económicos sin solución aparente, la violencia y la inseguridad generalizada, el incremento de la pobreza, entre otros temas. Es posible que todos estos elementos llevaran al electorado a tomar un camino aún por explorar, a través de una decisión difícil, aunque de ninguna manera ilógica cuando las opciones parecen haberse agotado; confiemos en que el talante democrático del Brasil pueda contener las amenazas de hipotéticas regresiones autoritarias, al tiempo.

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