Son el 55% de las personas que piensan votar blanco o nulo y el 64% de las que no han saben por quién votar. Políticos y analistas ven que faltan propuestas concretas.

La próxima elección puede definirse por el voto femenino. Hoy, según la encuesta de CiesMori para EL DEBER, la mayoría de las personas que están descontentas con los candidatos (que dijeron que votarán blanco o nulo) o que están indecisas (respondieron No sabe), son mujeres. De ese 21% de voto flotante que descubrió el estudio de opinión, un 18% está representado por blancos y nulos más No sabe. El restante 3% son personas que prefieren mantener su voto en secreto, pero ya decidieron (2%) y por personas que eligieron no responder a esta pregunta de la encuesta (1%).

Eso deja a las nueve fuerzas que compiten por apropiarse de la Presidencia y la mayor cantidad de escaños en la Asamblea Legislativa en franca lucha por un 18%, que a estas alturas no es nada despreciable: es el doble de la intención de voto del tercero, (Óscar Ortiz), con esos números Evo Morales superaría la proporción de votos alcanzados en 2005, cuando llegó al poder, o Carlos Mesa podría obligarlo a ir a una segunda vuelta.

Ese porcentaje está dividido en dos. Por un lado, están los insatisfechos, los que no se convencen por ningún candidato y se ‘refugian’ en el blanco y el nulo. De momento, es una cifra alta, 12%. En la historia reciente de las elecciones generales en la era del evismo (todas ellas polarizadas, sin dispersión del voto, en las que las dos principales candidaturas agrupan más del 80% de los sufragios), la suma de votos blancos y nulos ha oscilado entre el 5% y el 7%, con un promedio de 6,39%, por lo que es de esperarse que la mitad de los que ahora se refugian en él, se terminen por decidir por uno de los actuales postulantes.

Este universo de 12% está integrado por un 55% de mujeres y un 45% de hombres. Está más o menos distribuido homogéneamente en el territorio nacional, pero hay una tendencia mayor en las ciudades secundarias y el área rural y no se trata de un voto joven, sino que afecta más a las personas mayores de 25 años y un 70% de ellas no tiene instrucción universitaria. Los indecisos (6% de los encuestados) son en un 64% mujeres, viven en ciudades capitales o en áreas rurales, el 84% no son profesionales y son mayores de 36 años.

Extraído de Eju