Las elecciones son, en términos básicos, un procedimiento para escoger representantes. Han existido desde las primeras formas de organización y se han complejizado hasta llegar a los procesos que hoy conocemos.

Aunque hoy la mayoría de los países celebra elecciones secretas, directas y universales, no siempre fue así. En las asambleas de la Grecia clásica sólo votaban los hombres libres, y lo hacían a mano alzada, por lo que no se resguardaba el secreto del sufragio.

Poco más de 2 mil años después, seguimos haciendo elecciones, pero se han convertido en sofisticados procesos que se prolongan a lo largo un ciclo electoral.

Este año se celebrarán elecciones en más de 80 países, y en casi todas ellas, al menos una fase del proceso electoral estará automatizada. De hecho, según un estudio de IDEA que data del año 2017, de 183 países estudiados, más de 160 cuentan con algún tipo de tecnología en alguna de las fases.

De los países analizados, el 57% usa sistemas de tabulación electrónica para los resultados, 71% usa tecnología para el registro de votantes, 21% para la identificación de electores y 15% implementa tecnología en el conteo de votos.

Así como sucede con el resto de actividades que son atravesadas por la tecnología, es de esperarse que las elecciones sean cada vez más automatizadas, lo que redundará en una mayor seguridad y una más amplia participación, ya que a medida que se vayan implementando modalidades como el voto por internet remoto, a decir, que el elector emita su voto a través de un dispositivo (teléfono, tablet o pc) desde el lugar en el que esté, es esperable que los índices de participación tiendan a incrementarse.

Para evidenciar esto no hay que viajar al futuro. Hoy en día distintos países usan el voto por internet. Por ejemplo, en la Ciudad de México, los electores pueden emitir su voto sobre el presupuesto participativo a través de sus teléfonos, gracias a los desarrollos del Instituto Electoral de la Ciudad de México en esta materia.

Esta modalidad también fue desarrollada por Smartmatic para las elecciones primarias del Partido Republicano en Utah en 2016. El balance de la experiencia fue una participación del 90% (24.486) de las personas que se registraron para votar en línea. Sorprendentemente, más del 40% de los que participaron superaba los 55 años.

Pero esta modalidad no solo es usada para consultas sobre presupuesto o primarias partidarias. Algunos países ofrecen la modalidad de voto por internet a los electores registrados en el exterior, entre ellos: Armenia, Bahréin, México, Panamá, Suiza, Turquía o Estados Unidos.

De acuerdo a la data comparada de IDEA, más del 45% de los países de nuestro continente usa actualmente alguna forma de voto electrónico en elecciones con participación de los organismos de administración electoral.

El 88% de los países asigna las casillas de votación usando una interfaz online y el 60% confirma de esta manera el registro del votante.

El 50% de los organismos electorales usa información biométrica para la identificación del votante en las casillas de votación, y un poco más del 20% usa tecnología para tales fines.

En donde hay casi un consenso total es en el procesamiento: más del 86% de los países de América usa un sistema de tabulación electrónica.

Estos datos son contundentes y solo indican que se irá incorporando cada vez más tecnología en todas las fases del ciclo electoral, hasta alcanzar elecciones 100% automatizadas en un futuro cercano.

Pero ¿qué puede significar esto? Mayores estándares de seguridad en el registro e identificación de los electores, mecanismos para facilitar la inscripción de las candidaturas, así como para la rendición de cuentas por parte de las organizaciones políticas, disminución del uso de las boletas de papel, erradicación de los errores humanos en el conteo de los votos y la confección de las actas, reducción de los tiempos del escrutinio provisorio y anuncio de resultados con mayor celeridad.