La sentencia del pasado viernes, emitida por una mayoría de seis votos a favor frente a uno en contra, aclara las dudas que se tenían sobre la posibilidad real de que Lula participe en los próximos comicios presidenciales. En una sesión que se extendió hasta la madrugada del sábado, los jueces dictaminaron en contra del ex-presidente en función de su condena por 12 años debido a casos de corrupción.

El juez del Supremo Tribunal Federal Luis Roberto Barroso emitió el primer voto contra Lula, diciendo que el fallo fue “muy simple” porque la ley prohíbe la participación de candidatos cuya declaración de culpabilidad ha sido refrendada por una corte de apelaciones.

“Aquí no hay margen para que el tribunal electoral haga ninguna otra evaluación salvo la que muestra que hay una declaración de culpabilidad, y esa condena afecta los requisitos del candidato para poder participar”, señaló Barroso.
Barroso también abogó por prohibir al PT usar la figura de Lula en su campaña por televisión, que empieza este sábado para las presidenciales.

Por su parte, la defensa de Lula sostenía que Brasil debía acatar un reciente pedido de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU para que el líder de la izquierda pueda seguir siendo candidato e incluso hacer campaña desde la cárcel. Esa posición fue aceptada por el juez Luiz Eduardo Fachin, que votó a favor de Lula.

La última encuesta de Datafolha le atribuyó a Lula la semana pasada 39% de intenciones de voto, frente a un 19% que tendría el ultraderechista Jair Bolsonaro, su más inmediato seguidor.

Ante la ausencia de Lula, Bolsonaro iría a una segunda vuelta con la ecologista Marina Silva, aunque su fortaleza actual podría debilitarse por el escaso espacio que tendrán en la propaganda gratuita por televisión, atribuidos en función del tamaño de las bancadas de los candidatos en la Cámara de Diputados.