Perú no escapa a la realidad de la región. Vive en permanente insatisfacción y conflicto con la democracia, con partidos y políticos cuestionados y ciudadanos que reclaman soluciones que los gobiernos no proveen. Desafección, desinterés, desentendimiento, desconfianza. Es la sensación más pura de lo vivido durante todas las jornadas de trabajo como Observador Internacional y formando parte de la Misión de Observación Electoral de Transparencia Electoral en Lima (*) en las pasadas Elecciones Extraordinarias a Congresales para completar mandatos hasta el 2021.

Me acompañaban esas maravillosas reflexiones del maestro Roberto Gargarella en su columna en el Diario Nación del 22/11/2019, “El desencanto de las democracias que mueren por dentro” (**) … La idea de la «erosión democrática» alude al «desgaste» que nuestros sistemas de gobierno sufren, «desde adentro», provocando lo que, años atrás, el investigador argentino Guillermo O’Donnell denominó su «muerte lenta». Esta «muerte lenta» de las democracias contrasta con la trágica práctica que fue tan común en América Latina hasta hace pocas décadas: la «muerte súbita», que era propia de democracias que se terminaban de un día al siguiente, a través de violentos golpes de Estado, y que llevaban al abrupto reemplazo de gobiernos elegidos popularmente por gobiernos militares”.

El panorama incluía partidos políticos convertidos en franquicias electorales, siempre dispuestas a “ofrecer” el espacio y la oportunidad a todo aquel que lo necesite, sin ningún control respecto del armado de las listas (las franquicias no filtran); candidatos “invitados” -nuestros extrapartidarios- provenientes de la farándula y del deporte o comunicadores estrellas; poca o casi nula participación de mujeres y jóvenes en lugares expectantes de las listas; exclusiones formalistas de más de un candidato por cuestiones menores y subsanables. Todo eso conviviendo con postulantes que tenían acusaciones o procesos judiciales pendientes por corrupción, violencia de género o delitos comunes, y en medio de una caótica campaña publicitaria que inundaba las calles, saturándolas de carteles y pancartas con eslóganes y consignas de las más variadas. “VOTE A KHARLA HEREDIA, UNA PERFECTA DESCONOCIDA”, rezaba el cartel de propaganda ilustrado con una foto grupal con una flecha que indicaba “Ella es”. Debates televisivos empobrecidos con mayoría de candidatos de media training. Allí no había debate, mucho menos propuestas.

El resultado será un Congreso fragmentado, de aproximadamente 10 bancadas políticas que se distribuirán los escasos 130 curules que componen la Asamblea Nacional Unicameral Peruana. Una representación a todas luces escasas para un país con 24 regiones bien diversas y más de 32 millones de habitantes.

Este nuevo Congreso que sólo durará poco menos de un año y medio en sus funciones y cuyos congresales no tendrán la posibilidad de ser reelectos, deberá revisar como primera medida, toda la legislación de emergencia generada por Vizcarra a través de Decretos de Urgencia en estos meses sin Parlamento, para luego afrontar una agenda de reforma política que incluye temas tales como el financiamiento político y la prohibición de contratar publicidad de manera privada, la continuidad o no del voto de preferencia, paridad y alternancia en la composición de las listas, la vuelta al bicameralismo y la necesidad o no de avanzar en una futura reforma constitucional.

Un conjunto de desafíos casi imposibles de cumplir por los nuevos representantes, máxime teniendo en cuenta que ya en el mes de abril próximo, comenzará un nuevo proceso electoral, esta vez definitivo, para elegir nuevo Presidente.

Ciertamente nuestra América Latina se encuentra viviendo en los últimos tiempos situaciones de tensión que ponen a prueba las instituciones democráticas y su capacidad de respuesta frente a las demandas ciudadanas. Algunas transcurren de manera pacífica, otras con más violencia y desmadres, pero todas ellas son el resultado de sociedades fragmentadas, con gobiernos incapaces de perfeccionar mecanismos afinados de conexión entre representantes y representados, más allá de las campañas electorales. Está sucediendo en Perú con estas elecciones extraordinarias generadas a partir de la decisión en setiembre pasado del Presidente Martín Vizcarra de disolver el Congreso a raíz de que éste le negara una cuestión de confianza respecto de su Consejo de Ministros.

Sucede también en Chile, donde el Presidente Sebastián Piñera ha tenido que convocar a un Plebiscito Nacional para el próximo 26 de abril, donde la ciudadanía deberá expresarse por la modificación o no de la Constitución Nacional y también -en el supuesto que mayoritariamente se decida reformarla-, respecto de qué tipo de órgano debiera redactarla: un espacio mixto con parlamentarios en ejercicio y nuevos miembros elegidos popularmente, o exclusivamente miembros elegidos en las elecciones.

El retiro de Evo Morales por “sugerencia” de las fuerzas armadas y la policía nacional, más parecido a un Golpe de Estado que a una renuncia, que derivaron al mismo tiempo en masivas protestas y movilizaciones con acusaciones de fraude electoral, también han puesto a Bolivia en una delicadísima situación institucional de cara al proceso preelectoral que se encuentra transitando camino al domingo 3 de mayo.

Y así podríamos seguir mencionando otras tantas situaciones conflictivas que están sucediendo en la región.

En definitiva, el panorama no es muy alentador y entiendo que la estabilidad democrática seguirá siendo por algún tiempo más, un bien preciado a tutelar y preservar en todos los casos. Sin ella no será posible pensar sociedades desarrolladas con indicadores de calidad de vida respetables para nuestros pueblos. Será el desafío más importante de nuestros sistemas democráticos…. El menos imperfecto de los sistemas.

 

Referencias

(*) La Delegación de Transparencia Electoral Perú 2020, estuvo liderada por la Jefa de Misión, Kamile Moreira, Jueza del Tribunal Regional Electoral de Ceará (Brasil), y fue conformada por 25 observadores, entre ellos autoridades y funcionarios electorales, académicos, activistas y expertos de Brasil, Argentina, México, Ecuador, Panamá, Venezuela y Francia.

(**) https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/el-desencanto-con-las-democracias-que-mueren-por-dentro-nid2308624

Gustavo J. Daverio – Abogado – Profesor Derecho Constitucional FCJS – UNL – Observador Internacional por Transparencia Electoral de Argentina – Director Responsable de Consultora Gestión & Desarrollo