La misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) felicitó este martes a Guatemala y a su gente por unos comicios presidenciales que calificó de exitosos pero pidió una serie de mejoras para optimizar el proceso.

En su informe preliminar, la misión dirigida por el expresidente de Costa Rica Luis Guillermo Solís, dio sus observaciones sobre las elecciones del pasado domingo en las que ganó el conservador Alejandro Giammattei la Presidencia frente a la socialdemócrata Sandra Torres, la ex primera dama de la Unidad Nacional de la Esperanza.

El domingo, los observadores de la OEA, 87 expertos de 25 nacionalidades repartidos entre Guatemala y Estados Unidos -donde se contabilizó el voto de los migrantes-, constaron que las mesas abrieron a tiempo, con los miembros titulares presentes y con los materiales necesarios, pero los centros no estaban adaptados para personas con diversidad funcional.

En total reportaron 14 incidentes de distinta naturaleza, entre ellos compra de votos, acarreo de votantes y amenazas a miembros de las Juntas Electorales Departamentales, además de disturbios en el municipio de La Blanca (San Marcos), aunque fueron menores.

«Pese a estos sucesos, la Misión destaca que la jornada de votación del domingo se desarrolló en un clima notablemente más tranquilo que el de las elecciones generales (16 de junio), en las que incluso hubo que lamentar muertos y heridos», se recordó en el documento.

La misión de la OEA, la vigésima que se despliega en Guatemala, celebró que la transmisión de datos del Tribunal Supremo Electoral fluyera sin incidentes después de los fallos reportados en los comicios generales, pero lamentó la baja participación, de un 42,7 por ciento, así como el voto en el extranjero, que solo fue del 0,8 por ciento.

«Si bien la implementación del voto en el extranjero es un avance para el ejercicio de los derechos políticos de los migrantes guatemaltecos, la misión considera que deben tomarse medidas para mejorar los procedimientos de cara a futuras elecciones», reza.

Tomando como contexto una nueva ley electoral, aprobada en 2016, Solís dijo que la misión observó un contexto político «sumamente complejo», en gran parte debido a la «alta litigiosidad» que existió durante todo el ciclo electoral, y por ello pidió no usar la justicia electoral como estrategia «político-partidiaria».

Para ello pidió que las acciones de justicia en tema electoral se resuelvan en dos instancias (Tribunal Supremo Electoral y Corte de Constitucionalidad), que se emitan mecanismos judiciales y normativos para que todas las decisiones emitidas sean uniformes, contemplar mecanismos para sustituir candidatos y reconsiderar los candidatos.

Sobre los aspectos tecnológicos, que reportaron fallos en la primera vuelta, recomendó modificar el proceso de digitación de actas para que sea realizado de forma centralizada, incorporar técnicas de digitación anónima, buscar más acercamiento con los fiscales de los partidos políticos y reforzar la dirección de informática del Tribunal Electoral.

Para mejorar la violencia electoral que se presentó recomienda diseñar una metodología homogénea y registro único para contabilizar los incidentes, evaluar los mecanismos utilizados para elaborar mapas de riesgo, fortalecer los canales de coordinación y comunicación, y considerar en los planes de seguridad el resguardo de la integridad física de los funcionarios electorales.

Extraído de eldiario.es